El mes de octubre se viste de rosa a nivel mundial, como una manifestación destinada a crear conciencia y sensibilización sobre el Cáncer de Mama, el tipo de cáncer más común y una de las principales causas de mortalidad en mujeres de todo el mundo, sin embargo, la detección temprana y los cuidados preventivos se han convertido en un factor fundamental en la lucha contra el cáncer.
En DICORSA estamos convencidos que el cuidado de la salud bucodental es un factor fundamental durante los procedimientos médicos contra el cáncer, para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de las pacientes, que, en el caso particular del cáncer de mama, padecen no solo físicamente sino tambien emocionalmente como resultado de la afectación de su apariencia física.
Es frecuente que, en el proceso de diagnóstico, asimilación y tratamiento del cáncer se vean eclipsadas las posibles consecuencias que pueden tener las quimioterapias en los dientes, muelas y encías, afectando además el confort de la paciente y su calidad de vida, al interferir a menudo en su proceso de alimentación y por ende la nutrición necesaria para combatir el mal.
En las pacientes con cáncer de mama, la quimioterapia y, en menor medida, la radioterapia puede impactar negativamente en toda la cavidad oral, por lo que se recomienda ver a un odontólogo al menos 4 semanas antes de comenzar el tratamiento además de seguir las siguientes recomendaciones;
- Un examen completo de la boca y los dientes antes de iniciar el tratamiento de radioterapia o quimioterapia.
- Una limpieza de boca profesional
- Tratamiento de las caries y restauración de las piezas necesarias
- Tratamiento de la enfermedad periodontal
- Controles periódicos durante el tratamiento oncológico
- Seguimiento de las posibles señales de alarma ante complicaciones: hinchazón y/o sangrado de encías, entumecimiento de la mandíbula, dolor de encías.
La higiene bucal no es muy distinta a las pautas que debe seguir el resto de la población, pero en la paciente con cáncer debe ser exhaustiva y rigurosa. Esta rutina debe incluir:
- Cepillado de dientes y lengua después de cada comida.
- Completar la higiene con seda dental, siempre que la encía no esté inflamada.
- Enjuague frecuente de la boca con agua para combatir la sequedad que provoca el tratamiento.
Lo fundamental es que la paciente pueda centrar todas sus energías en recuperarse de su enfermedad y es importante evitar, siempre que sea posible, todo aquello que pueda mermar su calidad de vida.